
Aquí se puede ver el vídeo del rayo.
El día 12 de Febrero de 2013, después de enterarme de la noticia de la dimisión del Papa Benedicto XVI y no siendo creyente, me sorprendió bastante la noticia. Lo primero que se me vino a la mente, viendo como está el mundo patas arriba, fue que algún problema hubo entre el Papa y los inflados cardenales ostentosos del Vaticano.
Y no estaba muy desacertada, el Papa dimite por cuestiones que no van con su criterio y su forma de pensar, además que los Cardenales se lo sugerirían al no estar estos (lobos hambrientos de riqueza y poder) de acuerdo con él. Con el destape de la pederastia, con lo que dijo el Papa «que la Iglesia estaba llena de suciedad» y peor aún lo que paso con su mayordomo y todavía para mas inri viene el Papa e indulta al mayordomo, que destapó en parte la olla podrida que hay en el Vaticano, porque es una verdadera mafia lo que hay allí y esto no gustó mucho a los inflados cardenales ostentosos.
Habrá uno que otro cardenal y sus respectivos subordinados que son buenas personas y creyentes en la verdad de Cristo y en sus enseñanzas sobre la misericordia, la buena fe, la justicia, ayudar a los que no tienen, evitar la pederastia, pero estos son contados con los dedos. Como le dijo Dios a Abraham: Si encuentras 50 personas justas en la ciudad de Sodoma no la destruiré, pero Abraham no encontró ni 10. Y eso es lo que está pasando en este mundo y porque el Papa Benedicto XVI quería poner orden en la Iglesia, no pudo ser por los lobos hambrientos de riqueza, poder y niños.
Y es muy triste que hace 600 años no sucedía algo así como la dimisión de un Papa. Lo que me ha impactado es que hubiera caído ese rayo encima de la cúpula de la Basílica de San Pedro, como que Dios estaba mostrando su ira. Yo la verdad que aluciné y creo que sí existe algo superior a nosotros. Llámese Dios o como se llame.
